El cambio climático -o calentamiento global– consiste en el incremento gradual de la temperatura media del planeta como consecuencia de la acumulación en la atmósfera de gases de efecto invernadero generado en su mayoría por la actividad humana a través de la combustión de combustibles fósiles, principalmente en el ámbito de la producción de energía, las industrias y los medios de transporte, entre otras causas. Así se estima que la temperatura media de la Tierra en superficie ha aumentado -aunque no de manera uniforme- alrededor de 0,6 º C solo en el pasado siglo XX.
Este fenómeno supone el mayor desafío al que se enfrenta la Humanidad y, en general, la vida en el planeta, con nefastas consecuencias que ya se están haciendo notar, como la alteración de las estaciones, la fusión de los casquetes polares y algunos glaciares, la alternancia de fenómenos meteorológicos adversos (huracanes, lluvias torrenciales…) con períodos de sequía o escasez de precipitaciones, etc. Por ello, sobre todo a partir del denominado Protocolo de Kyoto de 1992, se están empezando a tomar diversas medidas a nivel internacional para intentar frenar -y, si cabe- revertir su avance.
¿Cuáles son las causas del cambio climático?
El cambio climático -o calentamiento global- tiene principalmente su origen en factores de tipo antropogénico, es decir, aquéllos generados por la actividad humana, entre los que se hallan:
- la emisión y acumulación en la atmósfera de gases contaminantes de efecto invernadero (GEI) provenientes en su mayoría de la combustión de combustibles fósiles, como el petróleo, el carbón y el gas natural;
- y la deforestación o pérdida de amplias áreas de masa forestal, ya sea para la agricultura, por incendios forestales, etc.;
- además de otras causas naturales menos frecuentes, como cambios en la actividad del sol, en la órbita terrestre, en los ciclos climáticos, en las corrientes oceánicas, erupciones volcánicas, etc.
¿Cuáles son los efectos del cambio climático?
El cambio climático traerá aparejadas nefastas consecuencias para el equilibrio natural de nuestro planeta.
Así, el deshielo de los casquetes polares, la subida del nivel del mar, la sumersión de algunas regiones o islas, la sucesión tanto de sequías como de inundaciones y lluvias torrenciales, así como la repercusión que tendrán todos estos fenómenos en los diferentes ecosistemas, podrían ser pronto una realidad.
¿Qué zonas del planeta quedarán sumergidas?
Existen muchas regiones que podrían verse afectadas por la subida del nivel del mar debido a la fusión del hielo de los polos, que está provocando el cambio climático.
Se trata, principalmente, de áreas costeras, islas, o en definitiva, territorios de escasa altitud sobre el nivel del mar, llanos, depresiones, valles fluviales, deltas, etc.
Zonas de Holanda, Bélgica, Dinamarca y norte de Alemania; el estado norteamericano de Florida; las ciudades de Nueva York, Londres, Venecia, Bangkok…; los archipiélagos de las Seychelles, Maldivas…; zonas costeras del sudeste asiático, golfo de Bengala…; o las cuencas del Ebro y del Guadalquivir y la Albufera de Valencia, en España; son los ejemplos más notorios.