Los volcanes fisurales son aquéllos cuya erupción se produce a lo largo de una grieta, rotura o fisura del terreno -que oscila entre unos metros y varios kilómetros-, y no a través del típico cráter. Son los más abundantes, como ocurre especialmente en las dorsales oceánicas bajo el fondo marino.
Normalmente el magma es expulsado con fluidez, en grandes cantidades y sin demasiada violencia, lo que da lugar a extensas coladas y llanuras. La meseta del Deccan, en (la) India, o el volcán islandés Laki son ejemplos de ello.