Los minerales sedimentarios se clasifican en alotígenos, si mantienen la misma composición química tras sufrir procesos de erosión, transporte y sedimentación, y en autígenos, si su composición química varía en dichos procesos.
Además éstos últimos se dividen a su vez en silíceos, arcillosos, carbonatados, óxidos, haluros, sulfuros, sulfatos, nitratos, fosfatos y elementos nativos.