
Las placas tectónicas son las extensas fracciones rígidas de litosfera de que se compone la superficie terrestre. Con un espesor que oscila entre los 70 y 150 km, se originan en las dorsales oceánicas, se desplazan a una velocidad de entre 1 y 18 cm al año sobre la astenosfera -una capa de naturaleza viscosa- y se destruyen en las zonas de subducción.
Responsables de la actividad magmática, sísmica, así como de la orogénesis –o formación de cadenas montañosas-, existen seis placas principales: la eurasiática, la africana, la americana, la antártica y la indoaustraliana, así como otras microplacas.