El nombre de las notas musicales fue tomado por el monje benedictino italiano del siglo XI Guido d’Arezzo de la primera sílaba de cada verso del himno a San Juan Bautista Ut queant laxis, escrito por Paolus Diaconus en el siglo VIII.
Originariamente eran ut -que posteriormente cambiaría a do-, re, mi, fa, sol, la y si.