La ciudad de Constantinopla (Constantinópolis) -también llamada Bizancio por haberse asentado sobre la antigua colonia griega del mismo nombre- era la capital del Imperio Romano de Oriente o posteriormente Imperio Bizantino (395-1453 d.C.) y una de las ciudades más influyentes de la época junto con otras, como Alejandría, Jerusalén, Antioquía, Éfeso o Tesalónica.
Situada junto al estrecho del Bósforo, paso entre el mar Mediterráneo y el mar Negro, contaba con un puerto natural, el Cuerno de Oro, así como con importantes edificios, entre los que destacaban la basílica de Santa Sofía, la universidad, el palacio imperial y el hipódromo. Al otro lado del puerto se encontraba Pera, barrio de comerciantes extranjeros. La ciudad terminó sucumbiendo a manos de los turcos.
Hoy en día es la actual Estambul.