El calendario gregoriano es aquél por el que actualmente se rigen las fechas -a través de los meses del año y sus correspondientes días- en el mundo occidental. Fue establecido en 1582 por el Papa Gregorio XIII en virtud de su bula Inter Gravissimas, con el fin de poner fin al desfase temporal que se originaba con el hasta entonces vigente calendario juliano, que computaba unos 11 minutos más que el año solar real.
Corrigiendo con su adopción una acumulación total de 10 días, de modo que el equinoccio de primavera tuvo lugar ese año el 11 de marzo, comprende el año común -de 365 días- y tiene en cuenta los años bisiestos -de 366 días-, cada cuatro años comunes, menos los que terminen en centenas que no sean divisibles por 400.