Los alcoholes son compuestos químicos orgánicos en los que un grupo hidroxilo (OH) ocupa el lugar de uno de los átomos de hidrógeno del final de la cadena de un hidrocarburo. Constituyen líquidos incoloros y de olor intenso, muy volátiles, altamente inflamables y que desprenden mucho calor en su combustión. Su nomenclatura química característica termina con el sufijo -ol (según la IUPAC).
Entre los compuestos más comunes de este tipo se hallan, por ejemplo, el etanol o alcohol etílico (CH3-CH2-OH), existente en las bebidas alcohólicas, así como el metanol o alcohol metílico (CH3-OH), que se encuentra en la madera.