La Acrópolis de Atenas es la más célebre de las acrópolis -o parte más alta y fortificada de las antiguas ciudades- griegas. Asentada sobre una escarpada y rocosa meseta que se eleva unos 150 metros sobre el nivel del mar, ocupa alrededor de 30.000 m2 y se la conoce también como Cecropia, por Cécrope o Erecteo, el legendario hombre-serpiente y primer rey ateniense.
En ella se conservan, en gran parte, monumentos y edificios tan emblemáticos como la puerta de entrada de los Propileos y los templos de Atenea Niké, del Partenón, y del Erecteión. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987.