El oboe es un instrumento musical de viento-madera y, dentro de este grupo, de lengüeta (de) doble (caña). Su nombre proviene del francés hautbois, que significa ‘alta madera’. Posee forma cónica, terminada en una pequeña campana, y está provisto de diferentes llaves de metal. Suele estar construido en madera de granadilla o de ébano. La producción de su sonido tiene lugar al soplar y hacer vibrar las dos cañas de su lengüeta, al mismo tiempo que se hace variar la altura de la columna de aire cerrando o abriendo los diferentes agujeros del cuerpo del instrumento con las llaves o los dedos para ejecutar las diferentes notas. El timbre del oboe tiene la cualidad de ser penetrante, mordente, algo nasal, pero también dulce, y por su tesitura equivale a la voz de soprano.
Perteneciente a la misma familia que el oboe de amor y el corno inglés, en la orquesta se ubica al lado de las flautas y delante de los fagotes. Este instrumento no se circunscribe exclusivamente a la orquesta sinfónica, sino que también es muy utilizado en las bandas y en la música de cámara. Una de sus peculiaridades es la de dar la nota la para que afine la orquesta. Entre los antecesores del oboe se encuentran la dulzaina, la cornamusa, el duduk, la gaita, el hichiriki y la zurna.