Los signos más característicos en el comportamiento de una persona que evidencian un posible consumo de drogas son los cambios bruscos de humor, el aislamiento de las demás personas, la disminución de la comunicación verbal y afectiva, la disminución del rendimiento intelectual, el abandono de responsabilidades, el desinterés general, los cambios en el cuidado y aseo personal, el apetito excesivo o la pérdida de peso, así como trastornos del sueño, como insomnio, pesadillas, y temblores.